A estas horas de la noche y tras muchos días de trasnoche y emociones, puedo admitir al fin, que lo que quería contigo, no puedo quererlo con nadie más, pero dueles a donde nadie jamás había llegado antes y esa herida me convirtió en la mierda que soy ahora. 

No creo

Y cada día que pasa lo corroboro más, hace tiempo me volví escéptica del amor. Ya no me dan ganas de imaginar una vida con alguien, para qué, si siempre nos marchamos, nada dura para siempre y seguramente, como todas las relaciones, se rompería. No quiero ilusionarme con nadie más, no quiero compartir con nadie lo que ya quería con otra persona que no puede seguir en mi vida. Ya no creo en finales felices, no creo en amores eternos, no creo en nada de lo que se promete cuando te enamoras, ya no creo en nada. 

Me perdí y no me encuentro

Llegué a ese punto en que comienzas a analizar fríamente ciertos acontecimientos de tu vida, ese momento en que cuestionas lo que hiciste, cuando te das cuenta que te perdiste y que difícilmente reconoces quién eres ahora. Las cosas que haces no son como antes, las cosas que dices y piensas ya no están acordes entre sí y mucho menos con tus actos, caes, caes, caes y vuelves a caer. ¿En quién te haz convertido? Ya no lo sabes. 

Eso me ocurre ahora, pasaron tantas cosas y todas tan rápidas, no tuve tiempo de pensar, sólo actuar y sentir, conocer el lado amargo de la vida, de los demás, de mi. Y así algo se rompió, murió y me llevó a ser quien soy, esa que no reconozco, esa que no quiero ser. Ya no soy la misma y no sé si pueda encontrarme nuevamente.