lunes, 16 de abril de 2018

Crisis de identidad

Miro al interior.
Inspecciono cada rincón.
Cada esquina.
Cada arista.

Me cuesta reconocer quién soy.
A dónde voy.
Qué quise.
Qué querré.

Me cuestiono.
Es que a veces me construyo,
me reconstruyo y me pierdo.
Me pierdo en mi.
Me pierdo en el resto.

Qué tanto de mi es mio
Y qué tanto de mi es del resto.
Cuáles son las acitudes que imito
Y  cuáles son mis actitudes.

Porque he aprendido.
He aprendido observando.
Y lo copio.

Copio preguntas, respuestas, expresiones, acciones, palabras.
Formas de comunciarse.
Y me pregunto:
Qué tanto es mío, qué tanto es del resto.

¿Soy realmente yo cuando intento ser yo?
¿O seré otra persona?
Esa que sólo imita en base a comportamientos ajenos.
¿Hasta qué punto soy yo realmente?

A dónde termino yo y a dónde comienza el resto.
¿Quién soy?
¿Quién realmente soy?





lunes, 4 de diciembre de 2017

Consciente y subconscientemente retorno a unos cuantos años atrás. Se vienen a mi cabeza una y otra vez aquellos recuerdos. Difícilmente lo hago con cariño, con mucha dificultad se enternece mi corazón cuando regreso a ellos. Al contrario, siento un agujero, siento algo en mi pecho, aquel dolor que me consumía, a dos años aun duele. ¿Cómo vivía así? Si ahora lo recuerdo con dolor, en aquellos momentos ¿Cómo podía sentir que eso podía ser vivir? No, no lo hacía. Sabía que me destruía, que estaba en el fondo, quería salir, pero no podía. Estaba atrapada. 
No sé si lo había bloqueado, pero al hablar de ellos, al recordarlo, al analizarlo mucho más y darme cuenta de tantas cosas a las que fui ciega vuelvo a vivir este dolor, esa angustia aun sigue. Aun recuerdo esa reacción involuntaria en que se me aceleraba el corazón, tiritaban mis manos, se me hacía este agujero y me consumía tanto dolor, casi con desesperación. Aun sigue, aun está aquí. 
¿Cómo sanar tanto? ¿Cómo es posible que alguien destruya tanto?
De cierta forma lo odio, sí, cómo no voy a hacerlo, sería imposible. Pero sé que es ahogarse en más veneno y no, no lo necesito. No quiero que me siga consumiendo. Sobre todo cuando ya no me importa, cuando su vida me es indiferente.
Ahora lo comprendo mejor, siento mucha pena y me acojo, me acojo a mí misma, a la de ahora y la de ayer. Nunca más me dejaré sola como aquella vez, nunca más. Me abrazo ahora. Abrazo mis heridas. Ese odio se transforma en amor a mí. Ahora debo sanarme, reconstruirme y usar todo ese amor y pasión que descubrí aun existía en mi. 
Amor, sólo eso necesitaba y ahora lo reconozco en mí. 

martes, 29 de marzo de 2016

He llegado a la siguiente conclusión: Si ya tienes el corazón hecho pedazos ¿Qué esperas para terminar de destruirlo? Mejor que esté muerto por completo que muerto por partes. 

sábado, 26 de marzo de 2016

Siempre llega el momento en que cuestiono completamente lo que es el amor. Más de una vez he dicho que no creo que sea eterno.
Le he perdido la fe a enamorarse, las mariposas sólo te confunden y te llevan en un ir y venir, en un mar de emociones que te quitan o te lo dan todo, no puedo confiar en un sentimiento así, pero tampoco pudo vivir sin esa emoción, sin esos grandes vuelcos del corazón, porque si no lo siento, no puedo entregar y eso es malo, es malo depender de tener los pensamientos obsesionados en alguien para querer darle tu alma entera. No lo concibo. 
No tengo la madurez y seguramente la sanidad mental tampoco para enamorarme, no sé cargar con esos sentimientos, me consumen, hacen que me pierda de suspiro en suspiro.
Es una mala droga.
Tal vez yo sea la adicta.
Es muy posible que ese sea el problema.
Porque no sé querer, no sé hacerlo sin obsesionarme. Entrego toda emoción y dependo de ello, me confundo, pierdo el juicio. Soy yo la que no sabe enamorarse, porque tengo sentimientos enfermizos. 
No confío, definitivamente no confió. 

martes, 15 de marzo de 2016

Que nada me impida ser feliz.

miércoles, 2 de marzo de 2016

Aun no logro descifrar si las personas cambiamos o no. La vida pasa y muchas cosas vienen con ella, tomamos decisiones, cometemos errores y nos herimos, de paso dañamos a los demás también. 
Perderse ocasiona esas consecuencias, no ser claros o no saber que dirección tomar, actuamos sin medir consecuencias, pero de eso se trata ser humano. Muchas veces no tenemos un rumbo claro y debemos elegir sin saber, no podemos poner freno, detener el tiempo no es opción.
No sé si cambiemos, pero si estoy segura que tomamos decisiones en base a lo que estamos pasando, estar confundido quizá es el estado permanente en que nos encontramos, porque siempre hay que elegir y ahí es cuando sabemos quién realmente somos, cuáles son nuestros valores, hacer, decir no es gratis, siempre traen algo consigo.
En lo único que se puede confiar al final es en nuestro criterio y siempre seremos cuestionados o juzgados, no podemos escapar de eso, porque no estamos solos, siempre hay más personas, hay efectos colaterales con cada acción y cada elección habla de nosotros mismos, de quiénes somos y aunque no tengamos rumbo fijo lo que hacemos es los que construye el camino.

Es momento de pensar tres veces más lo que digo y lo que hago.

miércoles, 6 de enero de 2016

Te extraño.

Cuento hasta diez.

Te extraño.

Cuento diez más.

Te extraño aun.

Cuento hasta treinta.

Te extraño todavía.

Cuento hasta cien.

Te extraño todavía más.

Cuento hasta quinientos.

Aun no se va.

Vuelvo a cero.

Te extraño.

Debo recomenzar...

Te extraño.

Ya no estás.

Te extraño incluso más.