No sé si lo había bloqueado, pero al hablar de ellos, al recordarlo, al analizarlo mucho más y darme cuenta de tantas cosas a las que fui ciega vuelvo a vivir este dolor, esa angustia aun sigue. Aun recuerdo esa reacción involuntaria en que se me aceleraba el corazón, tiritaban mis manos, se me hacía este agujero y me consumía tanto dolor, casi con desesperación. Aun sigue, aun está aquí.
¿Cómo sanar tanto? ¿Cómo es posible que alguien destruya tanto?
De cierta forma lo odio, sí, cómo no voy a hacerlo, sería imposible. Pero sé que es ahogarse en más veneno y no, no lo necesito. No quiero que me siga consumiendo. Sobre todo cuando ya no me importa, cuando su vida me es indiferente.
Ahora lo comprendo mejor, siento mucha pena y me acojo, me acojo a mí misma, a la de ahora y la de ayer. Nunca más me dejaré sola como aquella vez, nunca más. Me abrazo ahora. Abrazo mis heridas. Ese odio se transforma en amor a mí. Ahora debo sanarme, reconstruirme y usar todo ese amor y pasión que descubrí aun existía en mi.
Amor, sólo eso necesitaba y ahora lo reconozco en mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario