sábado, 26 de marzo de 2016

Siempre llega el momento en que cuestiono completamente lo que es el amor. Más de una vez he dicho que no creo que sea eterno.
Le he perdido la fe a enamorarse, las mariposas sólo te confunden y te llevan en un ir y venir, en un mar de emociones que te quitan o te lo dan todo, no puedo confiar en un sentimiento así, pero tampoco pudo vivir sin esa emoción, sin esos grandes vuelcos del corazón, porque si no lo siento, no puedo entregar y eso es malo, es malo depender de tener los pensamientos obsesionados en alguien para querer darle tu alma entera. No lo concibo. 
No tengo la madurez y seguramente la sanidad mental tampoco para enamorarme, no sé cargar con esos sentimientos, me consumen, hacen que me pierda de suspiro en suspiro.
Es una mala droga.
Tal vez yo sea la adicta.
Es muy posible que ese sea el problema.
Porque no sé querer, no sé hacerlo sin obsesionarme. Entrego toda emoción y dependo de ello, me confundo, pierdo el juicio. Soy yo la que no sabe enamorarse, porque tengo sentimientos enfermizos. 
No confío, definitivamente no confió. 

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