jueves, 22 de julio de 2010

Destino...


Y deshojo una flor...

No le pregunto si ha de quererme o no.


Le pregunto algo aun más difícil que eso.


Mi duda, mi gran confusión.


Cada pétalo es para responder la gran interrogación.


La que siempre transita cuando apareces.


Cuando te cruzas queriendo o sin querer en mi camino.


Cuando surge la duda de mi corazón.


¿He de permitir enamorarme?


Y cada pétalo reponde distinto.


Solo me queda esperar al último.


Aquel del cual pende mi destino amoroso.


Aquel al que le estoy entregando la estabilidad de mi corazón.

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