lunes, 5 de mayo de 2014

Trascendencia

Pasa el tiempo, llega el amor y tal como todo cambia, las personas se van o nosotros las alejamos de nuestra vida. Nos enamoramos, compartimos momentos especiales, que la mayoría de las veces queremos mantener, vivimos en esa fantasía bonita, la nube rosa. (Claro, siempre que no sea una relación frívola).
Me gusta pensar que todas nuestras parejas llegan y se marchan en momentos precisos de nuestra vida, que llegan para enseñarnos, para compartir algo, porque sintonizamos en ese preciso momento y cuando se marchan, es porque ya nada nos queda, aprendimos lo que pudimos y nuestros caminos se separan, era necesario seguir aprendiendo más cosas de la vida, compartir con más personas, con otras experiencias.
Pienso que siempre dejamos una huella, una marca que nos ayuda a continuar, que nos da la oportunidad de hacer mejor las cosas, algo así como el karma.
No me trabo con el pasado, perdono lo que tenga que perdonar y dejo que fluyan las experiencias, que me enseñe tanto lo bueno como lo malo, crecer con cada relación, a fin de cuentas, todas esas personas con las que compartimos son trascendentes en nuestra vida hasta cierto punto, pero también es necesario dejar ir, desprendernos y continuar adelante, no aferrarnos, eso nos limita, estanca nuestro crecimiento y quedamos atrapados en un círculo del que difícilmente podremos salir si no liberamos nuestra carga.
La vida es un viaje y tenemos tanto para recorrer que sólo hay que llevar lo justo. 
Fluir como el agua y ser libre como el viento.

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